Las bodas. ¡Ay! Lo que nos gustan las bodas.



Acompañaros durante ese día para nosotros es la felicidad, pero no sólo se trata de estar con vosotros durante esas mágicas horas, se trata de compartir con vosotros los meses previos, conoceros antes, ayudaros en todo lo que esté en nuestra mano (tenemos una wedding planner en nuestro equipo) y llegar al gran día conociendo cada detalle, que no tengáis que preocuparos por los nervios, por las cámaras ni por nuestra presencia y así poder ser el mejor fotógrafo de boda para vosotros.

Una de las mejores maneras de conocernos antes es el preboda, aquí os explicamos por qué.

Otra de las cosas que solemos hacer para tenerlo todo controlado el día de la boda es ir a ver todos los sitios con vosotros durante la semana de antes del gran día. ¿Para qué nos sirve esto?

Por un lado, comprobamos la logística, aparcamiento, tiempo entre un lugar y otro, los mejores caminos, etc. En vuestras casas controlamos, la luz, los sitios donde colocaremos el vestido, los zapatos…Por otro lado es el momento perfecto de hacer el timing, hablar de las sorpresas, de los nervios y de la emoción que sentís.



Aunque haya sitios en los que ya hayamos trabajado, cada boda es diferente, vuestra boda es única y solo vuestra, así que queremos ver los sitios con vosotros y que nos contéis como lo habéis pensado todo, que de importante será la decoración y que cosas no deben faltar sí o sí en vuestra fotografía de boda.

Así el día de la boda estaremos pendientes de cada detalle, y lo tendremos todo controlado sabiendo como organizarnos nosotros para que nuestra presencia se note lo menos posible, para que vuestro reportaje de boda sea lo más natural y con los posados justos.

En el momento de arreglarse es inevitable algún que otro posadillo, sujétate la corbata un segundo, coge el ramo o sube la cremallera más despacio. Pero el resto del día a disfrutar, pase lo que pase, vuestro fotógrafo de boda estará allí pendiente para captar esos instantes que harán que conservéis el mejor de los recuerdos.


El día de la boda somos dos fotógrafos en exclusiva para vosotros, esto nos da mucha libertad a la hora sobre todo de los arreglos. Como lo que queremos es que todo sea lo más cómodo y natural posible para vosotros ese día, uno de nosotros va con la novia y el otro con el novio, así ambos podéis vestiros a tiempo real y no es necesario que uno de los dos (normalmente el novio) tenga que empezar a arreglarse 4 horas antes de lo previsto para que podáis tener fotografías de los dos.



Otra de las ventajas de ser dos, es que podemos capturar el mismo momento desde dos puntos diferentes, por ejemplo, la primera vez que os veis ese día, ese instante mágico en el que se cruzan vuestras miradas justo cuando la novia entra en la ceremonia. Al ser dos, uno capta la felicidad de la novia mientras que el otro fotografía la emoción del novio.



¿Queréis una sesión fotográfica entre la ceremonia y el cóctel? Sin problema, buscamos un sitio bonito de camino o en el mismo lugar de celebración y con no más de veinte minutillos tendréis unas fotografías vestidos de novios la mar de guapos, para la posteridad. Pero si no queréis perderos ni un solo minuto de disfrute con vuestras familias y amigos ese día, para eso está el postboda.




Y durante todo el día risas, brindis, abrazos, besos, lágrimas de felicidad, regalos, bailes, fiesta, a disfrutad que nosotros estaremos allí para fotografiar absolutamente todo lo que pase.



Si queréis que compartamos con vosotros el día más especial de vuestras vidas, concertemos una cita.